martes, 12 de abril de 2011

ARENALES 113 - ELCHE - 2011






Por fin llega el agua!.
Tras muchos largos en la piscina nos embutimos en el neopreno que, aún aletargado, ruge a cada milímetro que estira. Nada mas ver el mar, noto como las comisuras de mis labios presagian lo que va a ser una sonrisa de enorme gustazo y, tras bostezar como un burro, tomo aire y me recreo mientras lo voy soltando poco a poco y cierro los ojos pensando en el calor que vamos a tener que soportar mañana en la prueba.
Toño y yo llegamos ayer viernes, a eso de las nueve, al hotel. Tras una noche que no os voy a contar, estamos en los Arenales del Sol. Son las 12 del mediodía y esperamos a reunirnos con Paco Vargas, Sergio, Patricio, Antonio y Vicente. Antes de encontrarnos con Patricio, saludamos a Ana Casares que iba a reconocer los primeros kilómetros de bici mientras su marido se quedaba a cargo de los dos churumbeles que tienen. Como tiene que ser!
Nos damos un chapoteo en el mar y salimos tiesos como varas de lo fría que está el agua. (Recuerdo que el día anterior durante el viaje, incluso llegamos a pensar que, con el calor que estaba pegando últimamente, cabía la posibilidad de que hiciésemos el segmento de natación "a pelo"). En fin...
Paco ya os ha puesto al corriente del resto del día es decir, comida, recogida de dorsales....
Domingo por la mañana: quedamos a las 7 a.m. en Arenales. Cada cual va desde un lugar distinto, con lo cual, ya nos vamos encontrando en boxes con el personal. Y fue allí, en la alfombra roja..., azul en este caso, donde ví a Saleta Castro, justo en el momento en que comenzaba a amanecer... Eso fue presagio de algo bueno.
Saliendo de boxes, saludo a Nico Ward y a Antonio Del Pino, director de la nueva revista TRIATLON.
Hubo un pequeño retraso en la salida, unos 10 minutos. En total, 11oo participantes. Finalmente salen las féminas y, luego, por categorías cada 5 ó 10 minutos. Tres cámaras de llamada por las que íbamos entrando numerados... Se palpaba la buena organización de la prueba. Ya desde el día anterior.
Toño y yo salimos en el grupo de edad 35-39. Por detrás sólo quedaba Sergio que salía en la siguiente tanda.
El mar como un plato y mi nado tranquilo al principio, hasta encontrar un buen ritmo. Toño lo hizo al revés y, como ya sabréis, le salió muy bien. Una anécdota: durante los primeros metros voy mirando el fondo porque diviso rocas y, en una de estas, justo cuando miro al fondo, veo a un buzo tomando fotos! ACOJONANTE. A los 300 metros ya comienzo a adelantar gente y noto que voy muy cómodo. Al poner pie a tierra, unos metros de arena y pasarela de madera en la que me encuentro a Toño. Pisamos la alfombra del chip uno tras otro y nos contamos sensaciones. Ahora a por la bici.
Hacía un poco de viento, para los que vivimos en Zaragoza, una brisa; y nada más salir de boxes hay un repecho, (no como el de Galilea...), que selecciona bastante al personal. A partir de ahí, cuchillo entre los dientes y acople, muuuucho acople. En mi periplo ciclista me encuentro de todo.
Los que van pensando en regular sabiamente para terminar; los que exprimen para adelantar a otro y luego se desinflan; los que me roban el rebufo y me adelantan como motos; los que van como cabras y luego solo dan leche... Y los que cuando te pasan, te saludan:-" aupa ese Cierzo!" Firmado: uno del Casablanca.
En líneas generales el segmento ciclista es perfecto para rodar. Hay algún repecho, alguna subida, pero el desnivel es benigno. Hay momentos en los que me dan ganas de meter todo el desarrollo, pero el hemisferio derecho del cerebro eclipsa mis deseos con palabras como, Salou, 21 kilómetros, iron man... Para no hacerle caso.
Cuando llego a boxes veo a Paco con los brazos recién sacados de una "bañera llena de protector solar". Salimos juntos a completar el último segmento. La carrera a pie.
No sé cuántas veces me hablaron de las famosa escaleras y la cuesta que viene después; también del tramo de arena y, sí, todo junto suma una carrera dura pero, si a eso hubiéseis añadido el calor...
Salí trotón y en las escaleras, Paco me sopló que "andando Walter". Y eso hice. Pero cual fue mi sorpresa cuando veo subiendo delante de mí a Saleta. En cuanto se acabaron las escaleras comencé a correr tras ella, animándola. Iba con buena zancada pero atascada. Al llegar el repecho seguí corriendo y durante unos metros vino detrás mio. En el km. 3 recuperó y se fue a su ritmo. A la altura del 8, mas ó menos, me adelantó Ana Casares y esta sí que iba como un avión. Que poderío!
Entre idas y venidas, en varios puntos del circuito me iba encontrando con algunos de mis compañeros: Toño, que me rebasó antes de completar la primera vuelta; Paco, que iba juzgando mis ritmos; Antonio, que también había metido los brazos "en la bañera del protector solar"; Vicente, entrenando para Lanzarote y Sergio, entero como siempre. A Patricio también me lo crucé y, tanto aquí, como cuando le ví sobre la bici, sabía que había venido a por todas. A rematar la faena.
Hacía calor pero una ligera brisa compensaba un poco la torrija, asi como los ánimos de la gente. Sobre todo la hermana de Paco y las esposas de Sergio, Antonio y Vicente. Aunque fue realmente entrañable ver en todos los avituallamientos, a chicos y chicas discapacitados que se lo estaban pasando en grande y que, cada vez que nos veían pasar, era como si viesen pasar a Cristiano Ronaldo. No dejaban de jalear a la gente. Del primero al último, estoy seguro. Al terminar de subir las escaleras y la cuesta había un avituallamiento en el cual, un chaval de estos no dejaba de cantar:"campeones, campeones, oe, oe, oa!". Genial!
Al fin encaro la recta de meta tras abandonar la zona de arena y, según me voy acercando descubro a lo lejos el crono y empieza a entrarme la risa floja. Allí me esperaba Toño. Nos dimos un abrazo y una chiquilla me puso la medalla conmemorativa de la prueba.
Detrás fueron llegando los demás mas ó menos seguidos, salvo Patricio.
Repostamos energías, estiramos, hablamos, saludamos gente. Pero Patricio no aparecía.
El crono ya pasaba holgadamente de las 6:30 horas y la sombra del abandono empezó a dibujarse en algunos rostros, pero no podía ser, algo me decía que iba a llegar en cualquier momento. Incluso entramos a la carpa para ver si estaba en las listas de llegada que ponían cada 10 minutos, por si no nos habíamos enterado.
Y al fin, cuando ya casi creímos que ya no iba a venir, vemos aparecer su estela en la recta de meta. Que cara de felicidad! No recuerdo ni el tiempo, que mas da. Solo por esa cara merece la pena que se paren todos los relojes.
Para finalizar, decir que la prueba fue dominada por dos canarios: Gregorio Cáceres y Nico Ward, tras ellos el vencedor de la edición pasada, Doménico Pasuello. Eva Ledesma relegó a la segunda posición a Ana Casares, y Saleta quedó tercera, aunque fue la primera en salir del agua.

Los nuestros:
Toño 5h.14´
Walter 5h.21´
V. Bayón 5h. 34´
Sergio 5h.42´
Paco 5h.53´
Antonio 6h.04´
Patricio 6h.51´

AFILAOS LOS COLMILLOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!

1 comentario:

Walter dijo...

MUY BUENA CRÓNICA WALTER, HE VUELTO A VIVIR LA EMOCIÓN Y SUFRIMIENTO DE LA PRUEBA. ENHORABUENA A TODOS LOS CHICOS DEL CIERZO POR FINALIZAR UN TRIATLÓN TAN DURO. ESPERO QUE EL AÑO PRÓXIMO NOS JUNTEMOS MÁS Y QUIZÁS, ALGUNA DE NUESTRAS FÉMINAS?????
UN SALUDO A TODOS
PACO V.