domingo, 16 de octubre de 2011

Travesía de la Bocaina (Lanzarote-Fuerteventura a nado 15K)

Después de recorrer el viernes la Isla de Lanzarote, visitando los lugares emblemáticos: los Jameos del Agua, La Cueva de los Verdes, El mirador del Río y sobretodo el Parque Natural del Timanfaya, fuímos a la reunión técnica de la prueba, las cosas no empezaban muy bien para nosotros: a Bárbara la habían puesto en el grupo de los rápidos, la bolsa con el material de Miguel Ángel no la encontraban y a mí me daban la bolsa de otro nadador pero que llevaba teorícamente el número de dorsal que tenía asignado. Bueno! en definitiva una reunión técnica y entrega de dorsales un tanto caótica. (No quiero con ello criticar a la organización de la prueba, pues me consta que en todo momento pusieron su mejor voluntad en todo lo que hacían).


Ya cuando me había ido a mi Hotel, con una bolsa y dorsal equivocados, que me colocaba en el segundo grupo de salida (8:30 gorro azul), me llamó Bárbara para decirme que había un error y que me tenía que volver a cambiar mi bolsa, de repente me encontré en mi nueva bolsa un gorro rojo, el de la salida de los rápidos. Lo primero que pensé, no puede ser, como voy a seguir a un grupo que en el test de 3.000 mts hacían 36 minutos respecto a mis 47', por mucho que dijera la organización que nos tendrían que ir esperando e ir agrupados -en el océano abierto-, Bueno!!!! ese fue el primer palo de la prueba para Bárbara y para mí, salimos a las 9:15 de la mañana y desde el primer momento con el gancho echado, por encima de nuestro ritmo y pensando que teníamos por delante una prueba de 15 kilómetros en mar abierto. Mal, muy mal desde el principio, los rápidos del grupo iban parando de cuando en cuando para reagrupar, pero no nos daban respiro. A la hora y cuarenta minutos hicimos la primera parada de avituallamiento en medio del mar, los piragüistas nos echaban plátanos, geles y agua: muy bien y agradecidos.


Pero lo peor estaba por llegar, a las 11 de la mañana cambia radicalmente el sentido del viento que va generando un oleaje que se me hizo un mundo, no sé de que tamaño eran las olas, pero seguiamos nadando y ahora contra corriente, a las dos horas y media de la salida nos juntamos con el grupo que había salido a las 9:00, quince minutos antes que nosotros, decido cambiarme de grupo, pues seguir a los rápidos se me estaba haciendo imposible, pero ya era demasiado tarde, iba tocado por el ritmo inicial, el oleaje me estaba mareando y haciéndome sentir cada vez peor, estaba justo según unos de un barco en la mitad de la travesía, en un punto sin determinar, no conseguí enlazar con el grupo de los gorros verdes y los míos (los rojos) ya ni los veía, en cuanto paraba para ver por donde iban perdía demasiado espacio respecto a ellos. Un infierno en medio del mar, solo en un momento dado, quedándome todavía la mitad de la prueba o más, con dos horas y media nadando a un ritmo un punto superior al mío, lo ví claro, así no puedo seguir y antes de que me obligasen a abandonar, decido retirarme con todo el dolor de mi corazón. Me costó mucho subir a una de las embarcaciones que nos acompañaban. Fué subir al barco y empezar a vomitar como un loco, qué pasada!


Por otro lado, desde el barco se veía una situación caótica en el mar, gorros verdes desperdigados por todos lados, los dos grupos de lentos estaban alejadísimos de la ruta hacia Fuerteventura, la corriente los estaba desviando cada vez más a la derecha. Los únicos que seguían bien eran los rojos (rápidos) se notaba que iban expertos en el grupo. Pero yo ya no les pude seguir.


Muchos barcos intentaban reagrupar a los nadadores. Pensad que este año eramos 120 nadadores, eramos muchos y cada uno de nosotros lleva para estas distancias su propio ritmo, es muy difícil hacer un grupo homogéneo y Bárbara y yo pagamos "el pato" de ir en un grupo de un nivel muy superior al nuestro.


Al final a mí y a otro grupo de retirados nos evacuó protección civil en una lancha al puerto de Fuerteventura en Corralejo. Allí terminó mi aventura. De Bárbara, tan sólo sabía que se había descolgado antes y que probablemente había tenido que abandonar y de Miguel Ángel no supe nada hasta que lo ví salir del agua. Cosa que me emocionó mucho: Lo había conseguido, había conseguido terminar: Impresionante Miguel Ángel.


Ya os contarán ellos su experiencia también.


Por último quiero felicitar a todos los que acabaron "realmente" la prueba, pues tienen un mérito especial. Fue con diferencia la prueba más dura a la que me había enfrentado. EL MAR ES DURO e INMENSO.


Lo de "realmente" lo digo porque ví que unos cuantos barcos recogían nadadores para acercarlos hacia Fuerteventura y para reagruparlos, y esos no sé si los habrán descalificado o que habrá pasado. Lo que sí tengo muy claro es que como ví la situación me va a costar mucho cree que de los dos grupos de lentos (gorros naranjas y azules) haya terminado alguno.


Después de todo tengo mis dudas si en otras condiciones climáticas hubiese acabado, 15.000 metros nadando son muchos metros, no sé!!!, si hubiese una piscina de 15 kilómetros de distancia en línea recta y sin oleaje, dudo incluso que pudiese llegar al final, pero con las condiciones de ayer en la Bocaina, había que estar entrenado para nadar mínimo 18-20Km, y sobretodo mucho entrenamiento en el mar, me río ahora con cariño de los entrenos en la Sotonera.


Al final debí nadar unos 8 kilómetros o más por el tiempo que llevaba nadando y el ritmo, estaba por la mitad de la travesía cuando me retiré, apesar de todo, estoy contento, seguir habría sido un sufrimiento innecesario y sin garantías de haber podido terminar. Por lo tanto, estoy satisfecho con mi decisión, no sé sí habrá otra vez, pero no me arrepiento de haber intentado hacer esta travesía. Más experiencia acumulada.


Fdo: Paco

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