La participación en el marnaton se buscó como prueba antes de participar en la Bocaina, así ir probando el neopreno en distancias tan largas y buscar sensaciones con él.
El viernes, punto de salida La Muela, ya que cada uno teníamos que ir allí desde Teruel y Madrid. Viaje largo, aún más con la retención que provocó el control que montó la Guardia Civil en la autopista. Llegada al hotel muy tarde, con tiempo justo para cenar y a dormir, hay que madrugar mucho para coger al día siguiente a las 6.30 el autobús que te lleva al punto de salida.
Una vez en el puerto para recoger los dorsales, pudimos ver a los participantes, hay de todo pero se ve mucho nivel... (bueno nos lo tomaremos de entreno, pensamos). La mar parece tranquila pero no se puede decir nada hasta entrar dentro. Las conversaciones de la gente que participó el año pasado son de tener cuidado con las medusas y de tomar como punto de referencia la cementera como mitad del recorrido.
A las 8.40 se da la salida, carrerita desde el arco para pisar la alfombra electrónica, el agua está a muy buena temperatura, cada uno se intenta acoplar a los compañeros que se adaptan a tu ritmo, pero una vez dentro el mar está picado, hay un intenso oleaje que no te permite coger un ritmo de respiración continuo y con el neopreno es difícil maniobrar con esas corrientes, pesan mucho los brazos.
El recorrido estaba bien señalizado con boyas cada kilómetro y con avituallamiento en el 3, 5, 7 y 9. Pero se echan en falta más piraguas acompañando, hay tramos que vas totalmente solo y se hacen muy pesados.
Llegada al punto 7, vamos bien de tiempo, pero nuestro gozo en un pozo porque esos tres últimos kilómetros se hicieron eternos, no se avanzaba bien. Se llega al 9 y se ve ya la iglesia de Sitges al fondo, pero nunca se llega a ella… Además como el arco de llegada está en una cala no se ve hasta casi estar dentro. Y una vez en ella te venían olas por detrás que no te dabas cuenta y te pasaban por encima dificultando la llegada a playa.
Al final, conclusiones: travesía muy dura y pesada por las condiciones marítimas que había (si es así en la Bocaiana… el neopreno pesará mucho), de 145 que comenzaron la prueba llegaron a meta 136. Medusas solo vimos dos o tres. Recorrido bonito y muy recomendable.
Resultados: Miguel entrada el nº 13 y segundo en su categoría y Bárbara 5ª fémina y segunda en su categoría.
Próximo viernes rumbo a Lanzarote para cruzar el estrecho de la Bocaina
El viernes, punto de salida La Muela, ya que cada uno teníamos que ir allí desde Teruel y Madrid. Viaje largo, aún más con la retención que provocó el control que montó la Guardia Civil en la autopista. Llegada al hotel muy tarde, con tiempo justo para cenar y a dormir, hay que madrugar mucho para coger al día siguiente a las 6.30 el autobús que te lleva al punto de salida.
Una vez en el puerto para recoger los dorsales, pudimos ver a los participantes, hay de todo pero se ve mucho nivel... (bueno nos lo tomaremos de entreno, pensamos). La mar parece tranquila pero no se puede decir nada hasta entrar dentro. Las conversaciones de la gente que participó el año pasado son de tener cuidado con las medusas y de tomar como punto de referencia la cementera como mitad del recorrido.
A las 8.40 se da la salida, carrerita desde el arco para pisar la alfombra electrónica, el agua está a muy buena temperatura, cada uno se intenta acoplar a los compañeros que se adaptan a tu ritmo, pero una vez dentro el mar está picado, hay un intenso oleaje que no te permite coger un ritmo de respiración continuo y con el neopreno es difícil maniobrar con esas corrientes, pesan mucho los brazos.
El recorrido estaba bien señalizado con boyas cada kilómetro y con avituallamiento en el 3, 5, 7 y 9. Pero se echan en falta más piraguas acompañando, hay tramos que vas totalmente solo y se hacen muy pesados.
Llegada al punto 7, vamos bien de tiempo, pero nuestro gozo en un pozo porque esos tres últimos kilómetros se hicieron eternos, no se avanzaba bien. Se llega al 9 y se ve ya la iglesia de Sitges al fondo, pero nunca se llega a ella… Además como el arco de llegada está en una cala no se ve hasta casi estar dentro. Y una vez en ella te venían olas por detrás que no te dabas cuenta y te pasaban por encima dificultando la llegada a playa.
Al final, conclusiones: travesía muy dura y pesada por las condiciones marítimas que había (si es así en la Bocaiana… el neopreno pesará mucho), de 145 que comenzaron la prueba llegaron a meta 136. Medusas solo vimos dos o tres. Recorrido bonito y muy recomendable.
Resultados: Miguel entrada el nº 13 y segundo en su categoría y Bárbara 5ª fémina y segunda en su categoría.
Próximo viernes rumbo a Lanzarote para cruzar el estrecho de la Bocaina
1 comentario:
Enhorabuena maños!
Quizás vaya yo esta próxima edición.
Por cierto, sólo como referencia, ¿tienes las clasificiones completas? No doy con ellas.
Gracias y saludos desde Navarra.
javier
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